Voces usurpadas

Yo decidoHay políticos que quieren ser la voz de los que no tienen voz. Y otros que usurpan voces ajenas para reforzar la suya.  Estos utilizan el truco de hablar en nombre de colectivos como si ellos fueran sus únicos  representantes y defensores de sus intereses.  La estratagema ha vuelto a surgir en el reciente debate en el Congreso cuando el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha explicado la intención del gobierno de reformar la ley del aborto, tal como prometía en su programa electoral. La respuesta de la oposición socialista, por boca de las diputadas Elena Valenciano y Carmen Montón, ha consistido en decir que todo lo que suponga poner restricciones al aborto es un atentado contra los derechos de las mujeres.

“Señor Gallardón, ¿qué le han hecho las mujeres?”, le interpeló Elena Valenciano. Sin duda, hubiera parecido ridículo que Gallardón contestara: “Nosotros, los hombres pensamos…”. En cambio, las defensoras del derecho al aborto dan por supuesto que hablan en nombre de todas las mujeres, como si tuvieran un mandato colectivo del género femenino.

De entrada, no hay que olvidar que en las elecciones de 2011 el PP obtuvo 10,8 millones de votos frente a 6,9 millones del PSOE, con lo que hubo muchas más mujeres que respaldaron el programa electoral que incluía el compromiso de cambiar la ley del aborto que las que lo rechazaron. ¿Qué le han hecho las mujeres a Gallardón? Votarle más que a Valenciano y compañeros/as.

“Sobre las mujeres no decide nadie, ni los obispos ni los ministros”, clamó Montón. Sin embargo, ella ya ha decidido lo que tienen que pensar sobre el aborto y que ella las representa. Habrá mujeres que están a favor de la actual ley del aborto y otras que están en contra, y unas y otras tienen derecho a defender sus propias ideas, sin que nadie pretenda crear aquí un pensamiento único.

De hecho no lo hay, como se ha visto en encuestas. Curiosamente, siempre hay más partidarios del aborto entre los hombres que entre las mujeres, lo cual indica que para el varón es más cómodo defender como un derecho de la mujer lo que le permite a él eludir su responsabilidad.

También es conocido que las asociaciones pro vida son dirigidas e impulsadas fundamentalmente por mujeres, dispuestas a ayudar a madres con embarazos problemáticos  en lugar de limitarse a ofrecerles cómo desembarazarse de esa vida incipiente.

En otros países, el intento de instrumentalizar políticamente una supuesta opinión femenina única ya no cuela. Cuando el pasado enero el Ministerio de Sanidad de EE.UU. anunció que obligaría también a las instituciones de inspiración religiosa a financiar anticonceptivos, la píldora del día siguiente y la esterilización en los seguros de sus empleados, el gobierno de Obama invocó los derechos reproductivos y la necesidad de preservar la “salud de las mujeres”.  Esto les pareció demagógico a dos juristas –Helen M. Alvaré, profesora de Derecho en la George Mason University School of Law, y Kim Daniels, ex abogada del Thomas More Law Center– que escribieron una carta abierta a Obama para decirle que nadie puede atribuirse en exclusiva hablar en nombre de las mujeres.

“No es razonable –explicaba Alvaré– que unos pocos grupos hablen en nombre de todas las mujeres en temas como la vida, la familia, la sexualidad o la religión. Las más de 31.000 mujeres que han firmado la carta abierta [37.000 ahora] ya no se van a quedar sentadas en silencio mientras unos pocos políticos y sus aliados insisten en que la libertad religiosa tiene que doblegarse ante la teoría –la ideología, más bien– de que el núcleo de la libertad de las mujeres es el ejercicio de la sexualidad sin compromiso”.

Ya que estamos tan preocupados por los derechos de las mujeres, respetemos su derecho a hablar por sí mismas, sin que nadie pretenda hacer una sola voz donde hay polifonía.

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2 respuestas a Voces usurpadas

  1. María de la Luz Alvarez dijo:

    Estoy totalmente de acuerdo respecto a que nadie puede hablar por las mujeres y menos tomar su bandera como si fueran todas iguales. El derecho de disentir respecto al aborto es lícito, justo y no se debería acallar las voces de quienes no lo aceptan. Eso de la libertad de la mujer es falso, porque la creatura que lleva en su vientre también tiene derechos e igual libertad para escoger vivir y no puede la embarazada obrar de manera de cortar la libertad de su propio hijo. Suena bien Gritar la libertad, pero ésta es válida mientras no atropelle la libertad de otro y en este caso es la del hijo.

  2. ramon mendiburu belzunegui dijo:

    Y el 50% de las criaturas que habitan en el seno materno también son mujeres. Qué le han hecho a Elena Valenciano y Carmen Montón para quedarse sin su representación y defensa ? Por cierto, conozco a otra Carmen Montón, tudelana encantadora, que no creo haya otorgado su representación a la política omónima.

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