Bolsonaro se hace el sueco

Siempre que voy a leer algo sobre el presidente brasileño en la prensa liberal me pregunto: ¿Qué nueva maldad habrá hecho Bolsonaro? Pues buena parte de la prensa se muestra muy enfadada con él desde que los brasileños “votaron mal” y eligieron como presidente a un conservador dispuesto a salirse del consenso políticamente correcto. El último reproche a Bolsonaro es que ha minimizado la gravedad de la pandemia del coronavirus al negarse a paralizar la actividad económica para evitar los contagios.

Un editorial de El País se ha apresurado a leerle la cartilla: “La actitud temeraria e irresponsable del dirigente del mayor país de Sudamérica amenaza con provocar un sinnúmero de víctimas mortales si no adopta de inmediato las medidas de contención respaldadas por la comunidad científica internacional”. La realidad es que los números conocidos a 5 de abril dicen que ha habido en Brasil 553 muertos por coronavirus, bastante menos que los 13.800 de una España sometida al confinamiento total. Pero quizá en Brasil la pandemia va con retraso y no hay que descartar que las cifras puedan empeorar. Por el momento, la idea de Bolsonaro ha sido que “Brasil no puede parar”, y que el virus causará menos daño a la vida de los brasileños que detener sectores decisivos de la economía.

Es posible que se equivoque y que luego Brasil tenga que adoptar medidas más drásticas después de haber perdido un tiempo precioso. Pero también hay que reconocer que Brasil no es el único país que ha renunciado a implantar un confinamiento total. En Europa, Suecia sigue una estrategia similar. Muchos suecos practican el teletrabajo, se ha reducido mucho el número de usuarios del transporte público y se recomienda a los ancianos que reduzcan los contactos sociales. Se han prohibido las concentraciones de más de 50 personas y las visitas a las residencias de ancianos.

Pero los niños van al colegio y juegan en los parques, los restaurantes siguen abiertos, la actividad productiva se mantiene, los gimnasios funcionan y se anima a los jóvenes y sanos a que sigan practicando deporte.

El gobierno sueco ha basado su estrategia frente al coronavirus en pocas prohibiciones, mucha información y confianza en la prudencia del ciudadano para protegerse. Según parece, la idea de la Agencia de Salud Pública –que es independiente del gobierno– consiste en que poco a poco el virus se instale en la sociedad y que así se vaya generando cierta inmunidad para evitar el colapso de los hospitales. Por el momento, en un país de 10 millones de habitantes, hay 7.200 casos confirmados y 477 fallecidos por coronavirus (a 6 de abril).

Como Bolsonaro, el gobierno sueco se resiste a paralizar la economía. Según explica Johan Carlson, jefe de la Agencia Pública de Salud, al Financial Times, “el país no puede tomar medidas draconianas que tengan un resultado limitado en la epidemia y que, sin embargo, dejen tocada a la sociedad”.

Es posible que Bolsonaro y el gobierno sueco estén equivocados. Algunos expertos dicen que la estrategia sueca es “un experimento peligroso”, pero también es arriesgado poner en coma inducido a la economía durante un tiempo indeterminado.

Lo llamativo es que no haya en la prensa editoriales descalificando por irresponsable al gobierno sueco como se ha hecho con Bolsonaro. Así, el mismo día en que El País arremetía contra Bolsonaro, publicaba una información bajo el neutral título de “La excepción sueca”, en la que decía que “el país escandinavo llama la atención por unas medidas de contención ante el coronavirus muy relajadas”.

Este doble rasero quizá se debe a que Bolsonaro es un “ultraconservador”, mientras que el gobierno sueco de Stefan Löfven es una coalición de socialdemócratas y verdes que, al ser progresistas, merecen al menos el beneficio de la duda.

En Europa tenemos nuestra propia bestia negra: el húngaro Viktor Orbán, acusado de tendencias autoritarias y reo de ir por libre frente a las políticas europeas decididas en Bruselas. Ahora, para afrontar la crisis del coronavirus, ha logrado que el Parlamento apruebe con una mayoría de dos tercios (la que le da su propio partido) la declaración del estado de emergencia sin un límite temporal, hasta que pase la epidemia. Esta situación excepcional le permite gobernar por decreto, sin control parlamentario. Pero el Parlamento puede derogar el estado de emergencia cuando lo considere oportuno.

Ante esta medida, la Comisión Europea ha insistido en que toda medida adoptada por los Estados miembros para hacer frente a la emergencia del coronavirus debe ser “temporal” y “proporcionada”, y compatible con el respeto de los derechos humanos.

Después de diez años en el poder, ya se sabe que Orbán es más proclive a imponer su visión gracias a la mayoría absoluta en el Parlamento que a buscar consensos políticos. Sus repetidas victorias en elecciones libres indican que los húngaros no rechazan su gestión. Aunque el premier húngaro tiende a utilizar el respaldo electoral como aval para reformas que refuerzan el poder del ejecutivo.

Pero ahora es difícil reprochar a Orbán que utilice la pandemia para asumir poderes especiales, pues esto es lo que están haciendo otros gobiernos. Sin ir más lejos, en España Pedro Sánchez no solo ha ampliado otros 15 días el estado de alarma, sino que ha anunciado “sucesivos estados de alarma”, en función de la evolución de la crisis. Es decir que, como Orbán, Sánchez decidirá cuándo ha pasado la pandemia y mientras tanto seguirá gobernando por decreto. Es verdad que aquí el gobierno necesita el apoyo del Parlamento para prolongar el estado de alarma, pero también en Hungría el Parlamento podría levantarlo.

La ley aprobada en Hungría contiene la maligna idea de castigar, hasta con cinco años de prisión, a quienes publiquen informaciones falsas que “obstruyan o eviten la protección eficaz de la población” durante la epidemia. En estas situaciones siempre surge la tentación de combatir los bulos –o lo que el gobierno considera bulos– con penas en vez de con más información. Pero también aquí en España ha hecho falta que los periodistas se planten frente a la pretensión del gobierno de filtrar las preguntas de las ruedas de prensa, lo que permitía silenciar las cuestiones inconvenientes.

Derrotar al coronavirus sin renunciar a libertades esenciales es un problema tanto en Hungría como en España.

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3 respuestas a Bolsonaro se hace el sueco

  1. Fernando Cintra dijo:

    Gracias por el articulo! Creo que es por el dinero! El principal vehículo de prensa en el país tiene muchas deudas con el gobierno, durante varios años. ¡Y parece que Bolsonaro cargará! Entonces, más que informar, hay una campaña política para que renuncie.

  2. Gustavo Milano dijo:

    El dinero quizás influya en esta actitud poco profesional de los medios de comunicación brasileños hacia Bolsonaro. Pero creo que el principal motivo es que, en Brasil, los medios están controlados y poblados por personas de mentalidad de izquierdas radical, en el sentido de que creen que sólo se trata de democracia cuando su propia opinión es la que prevalece siempre. El diálogo, el equilibrio, la alternancia de tendencias políticas: todo eso, para los medios brasileños, es casi insoportable, cuando ya no es su partido quien está en el poder, y entonces van al ataque, perdiendo así la poquísima credibilidad que aún les queda.

  3. José Luis D. Hernández dijo:

    Sr. Ignacio
    En primer lugar mis felicitaciones por el excelente papel que desempeña ACEPRENSA en la red, dando criterios y defendiendo los valores de siempre.
    Vivo en Rio de Janeiro desde hace muchos años, conozco un poco el pais, los medios de comunicación aqui, TV, periódicos etc.. están en su gran mayoria contaminados de ideología de «izquierda» vd dice prensa liberal, es eso mismo, son de varios colores pero todos destructivos, no se deje llevar por lo que lee de aqui; si no es falso, por lo menos no dicen toda la verdad, solo la que les interesa, para proteger sus dioses o el dólar o el poder (Vea el Sr. Soros)
    Para muestra, le podria enviar otras, le envio un mensaje que me llegó a través de un amigo dirigido a la red Globo, y que refleja el sentir del 70 u 80% de los ciudadanos de este pais y que yo estaba preparando pero me lo han dado hecho.
    Obs.: La red Globo, en primer lugar,asi como El Estado de S. Paulo y La Folha de S. Paulo acaparan el 90% de las noticias del pais, todos con el mismo objetivo, aclarado en el mensaje abajo.

    De un amigo (sobre Bolsonaro):
    *Representa los pensamientos de los del lado de BRASIL!*
    El mensaje :
    «Buenas tardes, Red Globo.
    No estoy contento de enviar este mensaje, porque esta empresa ha estado presente en mi vida desde la infancia, y durante muchos años ha sido, para mí y para todos los que me rodean, una referencia de periodismo serio, comprometido e imparcial.
    Sin embargo, siendo un pensador como soy, no pude evitar notar el contenido extremadamente parcial con el que informan de todos los eventos relacionados con el nombre Bolsonaro.
    Creo que vale la pena recordar que, en este mismo momento de nuestra historia, este caballero es el Presidente de la República (de los que gustan y de los que no) y esto, en sí mismo, debería ser ya un motivo de respeto y deferencia, lo que no es el caso en NINGUNA de sus noticias.
    Es evidente que hay una intención dañina de denigrar, desacreditar y crear un ambiente hostil alrededor del Presidente y su pueblo, y esto me causa una profunda vergüenza. ¡Una verdadera vergüenza!
    Del tipo que uno siente que la cara se le quema y del deseo de esconderse.
    Bueno, para aquellos que defendieron la seriedad de sus noticias, hoy es como me siento, con vergüenza.
    Creo que dentro de esta empresa debe haber todavía quienes se sienten como yo, pero que están atados al vínculo laboral que los sostiene, repitiendo lo que los «jefes» les envían.
    Es incluso aceptable, considerando que los salarios vienen a fin de mes a la izquierda y a la derecha, ¿no?…
    Lo que no es aceptable es que vengas a nuestras casas * llamando héroes a los idiotas del BBB *( Big Brother..), mientras intentas denigrar a una persona que, hasta este momento, está mostrando un profundo respeto por el país.
    No es aceptable que intente hacer agujeros en una nave donde todos estamos.
    No, definitivamente no es aceptable.
    Bueno, ciertamente no será mi indignación por su postura (o falta de ella) lo que les hará cambiar su *enfermecedora* manera de «mostrar las noticias», pero señalo que este pensamiento mío retrata, en el mejor de los casos, el mismo pensamiento de unos pocos cientos de personas que conozco, que ya han apagado sus televisores por ti.
    También le informo que no espero ninguna devolución, si es para decir frases largas de bellas palabras y buen maquillaje, porque eso sería una pérdida de tiempo.
    Si quiere responder con todo respeto, responda cuando empecemos a hablar de los hijos del actual recluso Luiz Inácio Lula da Silva, o cuando la (Red) Globo hable del déficit fiscal multimillonario que debe al IRS (Impuesto de la renta)?
    O quién sabe, JN (Jornal Nacional) podría mencionar algo sobre algunos de sus artistas involucrados en el uso sospechoso de fondos de la Ley Rouanet.
    Mira que buena historia que generaría una audiencia por encima de la media, ¿eh?

    Att,
    Simone Ramos».

    Ps. Los parentesis son mios para aclarar.
    Reciba mi enhorabuena por su trabajo

    José Luis D. Hernández

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