La exuberancia de servidores públicos

Un rasgo de los países pobres es que resulta fácil  contar con servidores privados. Con una mano de obra pobre y no educada, hay mucha gente dispuesta a prestar servicios personales por poco dinero. Las familias de cierta posición pueden así permitirse contar con criado, guardián de la casa, cocinero, limpiadora o niñera, según sus necesidades y sin grandes gastos. En los negocios y oficinas proliferan también personajes dispuestos a abrir puertas, trasladar papeles, dar recados; su contribución no aporta gran valor añadido a la actividad, pero para ellos significa un ingreso garantizado, aunque sea mínimo.

Cuando el país prospera esas capas laborales adelgazan. Una mano de obra más educada busca trabajos más lucrativos o adecuados a su formación. Y los que siguen desempeñando esos trabajos personales, también se profesionalizan y reclaman mejores sueldos, lo que a la larga hace que sus servicios queden solo al alcance de gente más acomodada. Más progreso, implica menos criados y más autoservicio.

En cambio, en los países ricos, lo que tiende a aumentar es el número de servidores públicos, ya sean funcionarios o personal contratado por las administraciones públicas. En el sector privado, la mano de obra contratada se regula por las exigencias del negocio y sube o baja en función de la actividad, si la ley laboral no pone excesivas trabas al  despido. En el sector público, en tiempos de prosperidad el empleo tiende  a aumentar a un ritmo superior al crecimiento económico.

La ley de Wagner

La multiplicación de los servidores públicos es una consecuencia de la expansión de las actividades del sector estatal, lo que lleva a un aumento secular del gasto público conforme a la conocida como ley de Wagner. El economista alemán Adolph Wagner (1835-1917)  observó ya en su tiempo que el aumento del crecimiento económico de un país conlleva un aumento aún mayor del gasto público. Wagner observó que el gasto público crece porque a medida que sube el nivel de vida los ciudadanos   tienen mayores exigencias en sanidad, educación, infraestructuras, seguridad, pensiones… Además, esos bienes públicos aumentan a un ritmo superior al crecimiento económico y, cuando el crecimiento se ralentiza o decrece, los ciudadanos se resisten a aceptar una reducción de los servicios que ofrece el Estado. De ahí que el gasto público no disminuya en la misma proporción que los ingresos fiscales, y que el Estado se vea obligado a endeudarse.

Pero el endeudamiento tiene un límite, como hemos comprobado en España, y al borde del abismo solo queda adecuar el gasto público a las posibilidades de financiación. Evidentemente, si el Estado va a prestar menos servicios, harán falta menos servidores públicos.

Y todo indica que en España el empleo público ha crecido no solo por efecto de la Ley de Wagner, sino también por el afán de los políticos de elevar su cuota de poder y por las exigencias del clientelismo, sin que en muchos casos hubiera una demanda ciudadana.  Tampoco ha habido resistencia. Siempre hay personas y grupos que presionan para ampliar las actividades del sector público, porque así ellos encontrarán oportunidades laborales o de negocio. En cambio, no hay suficientes intereses comunes que puedan aglutinar una resistencia a esa expansión incontrolada, que al final  repercute su coste sobre todos los ciudadanos.

Canales de baja audiencia

Un ejemplo claro es el de los canales de televisiones públicas regionales, como vemos estos días por la asfixia financiera de Canal 9 en Valencia o de Telemadrid.

Lo curioso del caso de Canal 9 es que su plantilla haya ido creciendo hasta 1.700 trabajadores –más que Telecinco o Antena 3– mientras que sus pérdidas se elevaban a los 300 millones anuales y su audiencia no pasaba del 6% en la Comunidad Valenciana. Ahora se quiere reducir la plantilla a 400 trabajadores, lo cual indica que tenía una nómina desmesurada para una audiencia escuálida.

Pero el despilfarro de fondos públicos no es algo exclusivo de Canal 9. Como se ha recordado estos días al discutir en el Senado la nueva Ley Audiovisual, en 2010 las 13 televisiones públicas autonómicas costaron 1.750 millones de euros, de los que el 80% procedía de fondos públicos. Y, en conjunto, solo son seguidas por el 10% de la audiencia. Es todo un ejemplo de servicio público para telespectadores que no desean ser servidos.

Si el exceso de servidores privados es la marca de los países pobres, la exuberancia de servidores públicos es un signo de los países que se creen ricos hasta que comprueban que no pueden pagar las facturas.

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8 respuestas a La exuberancia de servidores públicos

  1. jabalí dijo:

    Acertado, como siempre. El problema está más en que esos administradores que el pueblo contrata en cada elección, se han vuelto como una casta de diosecillos con multitud de privilegios y cuya meta no es la de intentar hacerlo bien sino de servir a intereses muy particulares. Habría que corregirlos severamente y desmontarlos de sus privilegios, empezando por aquellos que gobiernan los sindicatos.

  2. Jose ELIAS BURES dijo:

    Gracias por tu articulo lleno de sentido común, lastima que los ciudadanos POLITICOS CARECEN TOTALMENTE DEL MISMO.-

    • Jasmin dijo:

      El problema es que los cnomusidores olvidamos fe1cilmente todos esos abusos y los perdonamos. Si fue9ramos me1s exigentes y salie9ramos de nuestra zona de confort para penalizarlos es posible que vie9ramos avances en esos campos; mientras permanezcamos pasivos y digamos uff que follf3n ahora, casi casi que quedo donde estoy seguire1n sin evolucionar

  3. No me lo había planteado, estoy profesionalmente lejos de esos ambientes, pero me parece que tiene toda la razón. El problema está en deshacer el entuerto, porque esos funcionarios que han logrado su puesto de trabajo a base de oposiciones y sacrificios personales, ahora se ven abocados al paro. Al final, cuando no se tiene cabeza, o no la ponen los que son responsables de organizar la sociedad, quienes sufren son los mismos.

  4. Cuando se hacen planteamientos sensatos como en este post, me pregunto si los que alcanzan el poder ya sea en empresas o en administraciones públicas tienen la «honestidad» de admitir sus carencias/valía en habilidades directivas. No es lo mismo dirigir que gestionar o administrar. El directivo tiene cualidades que no son imprescindibles para meros gestores. La mayoría de los que ocupan altos cargos en administraciones públicos son «meros gestores» y algunos bastante ineptos y caducos.

  5. María dijo:

    Lo peor no es el nutrido grupo de funcionarios, aunque es cierto que sobran muchos. Lo peor es toda la gente que ha entrado a dedo en la administración como cargos de confianza, personal de empresas públicas (tantas veces creadas ad hoc), asesores… En el fondo, una manera de colocarse los políticos, los sindicalistas y sus familiares y amigos. No dan ni golpe, pero cobran una barbaridad ,y encima a su sueldo hay que añadir lo correspondiente a dietas y multitud de gastos totalmente innecesarios: uso de coches oficiales con chófer; frecuentes viajes inútiles y «extraños», por no decir de puro placer; comidas que el resto de los mortales no vemos ni en las bodas; artículos de lujo para decorar despachos o para su atuendo personal… Eso, si no son aún más sinvergüenzas y les da por cobrar comisiones… Esta gente nos saca las entrañas, pero no hay quien los mueva. Forman una élite que, independientemente de ideologías, se une para mantenerse. Por eso Rajoy no toca el ineficaz estado autonómico; prefiere apretar el cinturón a los pobrecillos españolitos de a pie que, aunque protestemos, obedecemos, que despedir a los miembros de su casta, no sea que se revelen. Y si se revelan todos los políticos que comen la sopa boba, y los sindicalistas liberados que ídem de ídem …

  6. José Antonio Díaz dijo:


    De la tabla que encabeza estas líneas se puede suponer que las administraciones públicas españolas (con un 72% de deuda acumulada) hicieron las cosas razonablemente bien, en comparación con los demás países de nuestro entono. Solo las hicieron mejor que nosotros las administraciones públicas de los países escandinavos y Australia. ¿Fueron los grandes empresarios españoles (esos mismos que ahora nos exigen sacrificios) los que nos han llevado al rescate, con 193% de deuda? ¿Quién debe ahora pagar los platos rotos?
    Otro dato interesante de la tabla anterior es el umbral de deuda sostenible. Según el estudio del Banco de Inversiones (BIS) existen unos umbrales, a partir de los cuales la deuda deja de funcionar como un motor de desarrollo para pasar a convertirse progresivamente en una soga en el cuello de los endeudados. El estudio establece este umbral en 85% del PIB para la deuda pública (España está por debajo), 85% para la deuda de los hogares (España estaba ligeramente por encima) y de 90% para la deuda de las corporaciones privadas. Ojo al dato porque la deuda privada es nuestro país estaba ya en 193%, ¡más de 100 puntos porcentuales por encima del umbral máximo establecido por los expertos para que una deuda pueda considerarse sana! ¿Quién ha tenido la culpa de nuestra crisis? ¿El sector público?
    Pero lo que yo quería decir fundamentalmente es el siguiente hecho: Finlandia es el país de Europa con mejor calificación de las agencias (AAA estable) y tiene más funcionarios que España.
    Me parece más interesante para Aceprensa explicar quién se ha “llevado” los 100.000 millones de euros que nos tendrá que prestar Europa. Sumarse a la campaña de desprestigio hacia los funcionarios me parece injusto y desacertado. Claro que en todos los sitios cuecen habas (y estoy de acuerdo con lo que dices de las TV), pero no se puede generalizar y poner al funcionario como chivo expiatorio, como veo que se hace en tu publicación cada cierto tiempo. Además de los funcionarios, algo de culpa tendrán el resto de españoles.

  7. jordi dijo:

    Estoy de acuerdo con los comentarios aquí expuestos. Solo un apunte personal, hace más de dos semanas le escribí una carta personal al presidente de mi Comunidad Autónoma, exponiéndole mi visión sobre los problemas que tenemos, como todos pero a cada uno le pican los más cercanos, carta certificada con acuse de recibo y aun ahora estoy esperando que Correos me devuelva el comprobante, ¿¿será correos, será la secretaría general o lo que sea de mi CA que por ser agosto no entregan o recogen este tipo de documentos??? No se asuste Srt. Presidente Autonómico que seguro que no le digo nada que usted no sepa pero que no se atreve a aplicar la cirujía reparadora que precisa nuestro sector político.

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