De la cuna vacía al embarazo múltiple

 

Embarazo múltipleSi se tratara de un país subsahariano, seguro que Planned Parenthood y el Banco Mundial desaconsejarían una política de natalidad que llevara a aumentar el número de nacimientos, y además a riesgo de que los recién nacidos y la madre sufrieran más complicaciones de salud. Pero si se trata de las clínicas de reproducción asistida en los países ricos, esa política se considera admisible con tal de que aumente la probabilidad de salir de la clínica con un bebé en brazos.

Desde que existe la reproducción artificial, los embarazos múltiples son mucho más frecuentes que antes. En EE.UU., en 2012, el 3,3% de los nacimientos fueron de mellizos, según datos del Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC). Y en las dos últimas décadas la tasa de nacimientos de mellizos ha aumentado un 76%.

No es que este tipo de embarazo sea siempre un problema. Pero los embarazos múltiples están asociados a un mayor riesgo de bebés prematuros, con peso insuficiente, complicaciones respiratorias y neuronales, y a problemas de salud para la madre como la hipertensión durante el embarazo.

Por eso cada vez más investigadores están recomendando a las clínicas y a las pacientes que eviten que los procesos de reproducción asistida den lugar a embarazos múltiples. Así lo han hecho recientemente especialistas del Hastings Center y del Yale Fertility Center, en un artículo del que se hace eco el Wall Street Journal (28-04-2014).

Sin embargo, razones de coste y de eficacia empujan a que se origine más de un embrión por ciclo y a que se implanten dos o tres a la vez.  Por una parte, la probabilidad de conseguir un embarazo –nunca muy alta–  aumenta. Con mujeres de menos de 35 años, la probabilidad de embarazo con un solo embrión está en torno al 35%; con la transferencia de dos embriones, la probabilidad sube al 50%, si bien también en uno de cada cuatro casos  el embarazo será de mellizos.

El deseo de reducir los costes –unos 10.000 dólares por ciclo– y las molestias a la paciente lleva también a preferir la transferencia de dos embriones en vez de hacer dos intentos con un embrión cada vez. Muchos seguros no cubren la IVF o la limitan a un ciclo, con lo se ahorra dinero si no hay repetirlo.

Y, para el prestigio de la clínica, es también  mejor arriesgarse a un embarazo de mellizos. Un ciclo de FIV con transferencia de más de un embrión aumenta la probabilidad de embarazo y por lo tanto la tasa de éxito que puede exhibir la clínica. En cambio, si hay que reintentarlo con un segundo embrión que ha sido congelado, cuenta como dos ciclos y esto supone que la tasa de éxito de la clínica se reduce.

Por todos estos factores, en 2011, solo en el 12% de los casos se transfirió un solo embrión, según datos del CDC. Así, lo que sería más recomendable desde el punto de vista del cuidado de la salud de la madre y del posible hijo, es lo menos practicado. Un resultado que hace pensar sobre los criterios que se imponen en la reproducción asistida. ¿Habrá otra especialidad médica en que los motivos de salud queden tan desplazados por otras consideraciones?

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