Mal por definición

Violencia de géneroEn medio de tantas cifras preocupantes de la situación social en España, alegra encontrar alguna que indica una evolución positiva. Así ha sucedido en 2012 en algo de por sí tan trágico como la violencia contra la mujer (llámese violencia doméstica, de género, machista…, a gusto del  observador). El año pasado el balance de víctimas mortales fue 46, el dato más bajo desde 2003, frente a una media cercana a 70 en años anteriores.

Como suele suceder, la mayoría de las víctimas no habían denunciado (solo 8 lo habían hecho).  En cuanto al tipo de relación, 34 de los agresores eran pareja de la víctima y 12 eran ex pareja o se encontraban en fase de ruptura.

Puestos a buscar explicaciones al descenso, algunos expertos consultados lo achacan a la crisis económica. “La crisis puede provocar un retraimiento en las denuncias por los problemas económicos de las víctimas”, dice Susana Martínez, presidenta de la Comisión contra los malos tratos. Las mujeres maltratadas no tendrían más remedio que seguir conviviendo con su pareja abusadora. También Miguel Lorente, ex delegado del Gobierno para la Violencia de Género, asegura que una situación económica precaria impide que las víctimas den el paso de separarse de su pareja, decisión que suele ser el detonante para que se produzca la agresión mortal. “Pero siguen sufriendo el maltrato”, afirma.

Es una explicación cuando menos aventurada. Pues la crisis ya existía en años anteriores, y sin embargo la cifra de víctimas subió.

Lo más probable es que estos altibajos sean estadísticamente poco relevantes, pues a fin de cuentas son números bajos. Y no cabe descartar que el próximo año vuelva a subir.

Pero este tipo de explicaciones revelan que para algunos expertos la violencia de género es uno de esos fenómenos que nunca mejora, sean cuales sean los datos. Si las víctimas aumentan, el dato indica la mayor gravedad del problema; si bajan, el maltrato sigue oculto tras la aparente normalidad.

Se parte de la suposición de que el maltrato es una realidad que amenaza a la mayor parte de las mujeres, y, por lo tanto, si los datos estadísticos mejoran  solo pueden ser un espejismo.

También se podría considerar, al menos como hipótesis, que ha mejorado el respeto mutuo entre hombre y mujer, que va calando el mensaje descalificador del maltrato, y que la gran mayoría de las mujeres no tienen este problema. De hecho, en el Barómetro del CIS del pasado noviembre, a la pregunta de ¿cuál es el problema [de la sociedad española] que a usted,  personalmente, le afecta más?, solo 1 de 2.483 personas encuestadas mencionaba la violencia contra la mujer.

Menos absentismo

Otra evolución positiva, en la que la crisis puede tener bastante que ver, es el descenso del absentismo laboral en el sector público, que por primera vez ha sido menor que en el privado. Los datos recién publicados por el Instituto Nacional de Estadística muestran que en el tercer trimestre del año pasado el 1,75% de los empleados públicos no acudió a su trabajo por estar de baja por enfermedad, accidente o incapacidad, frente al 1,76% del sector privado.

Da la impresión de que tanto los empleados del sector público como los del privado temen ahora más perder el puesto de trabajo. Y, a raíz de las nuevas medidas en el sector público, los trabajadores temen también ver bajar sus ingresos, pues se penaliza con reducción de retribuciones las situaciones de baja que no comporten incapacidad temporal (enfermedades leves como catarros o lesiones que no requieran baja médica).

El descenso del absentismo público, tradicionalmente más alto que el del sector privado, debería verse como un signo positivo. Pero también aquí hay quien lo interpreta con alarma. Miguel Borra, presidente del sindicato de funcionarios CSIF asegura que con las medidas del Gobierno lo que va a ocurrir es que habrá médicos, maestros, enfermeras o policías que acudirán a trabajar sin estar en las mejores condiciones físicas, para que no se les recorte el salario.

Los estudios epidemiológicos nunca habían podido explicar la razón de que los empleados del sector público enfermasen más que los del privado. Habrá que concluir que la crisis ha mejorado su salud o su fortaleza.

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4 respuestas a Mal por definición

  1. Juana dijo:

    En cuanto al tema del absentismo me gustaría comentar que estoy de acuerdo con que el descenso se debe probablemente a estos tiempos de crisis y del miedo que tiene la gente a que la despidan. En la oficina donde trabajo también se ha reducido notablemente en el último año.

  2. José Miguel Viu Torres dijo:

    El descenso del maltrato femenino, se debe a que el numero de emigrantes en España ha descendido. En las estadísticas anuales del maltrato el 50 % de los casos se debe a emigrantes, cuando la población emigrante no llega al 10% en España. Es un efecto de la crisis, sí, pero indirecto, al haber abandonado el país, una parte de su población emigrante. Y obviamente, mientras se mantenga en descenso la población emigrante las cifras de maltrato seran bajas, y el problema social persiste, pero con menos casos.

  3. Rafael Vargas Vargas dijo:

    es cierto que la amenaza de ver disminuir los ingresos lleva a no darse de baja por enfermedad leve y soportable, y también por otras causas ajenas a enfermedad (desde la pereza «per se», a abusar de la ILT como medio para puentear medidas injustas del gerente de turno de la administración). Pero el comentario final del autor: «Habrá que concluir que la crisis ha mejorado su salud o su fortaleza» es una ironía excesiva que choca con la realidad del funcionario que acude a trabajar en condiciones físicas deplorables.

  4. ramon mendiburu belzunegui dijo:

    De todas maneras lo preocupante es que no se analizan las causas del maltrato, sea físico o psíquico, tanto del hombre a la mujer como de la mujer al hombre, que también existe. Y mientras no se analicen las causas no se pondrán remedios de verdad .

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