Müller, de liberador a guardián de la fe

Gerhard Ludwig MuellerLa información religiosa al uso es especialmente proclive a mezclar la noticia con las interpretaciones e incluso con las expectativas de quien escribe.  De ahí los altibajos en la valoración de personajes, que un día pueden encarnar el progreso y a la apertura, y a la semana siguiente simbolizar el inmovilismo conservador, según que sus acciones respondan o no al modelo de Iglesia que gusta al periodista.

Así lo acabamos de ver en el caso del prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller. El pasado septiembre se publicó la traducción al italiano de un libro sobre la teología de la liberación (Dalla parte dei poveri), escrito por  Müller, cuando era arzobispo de Ratisbona,  y por Gustavo Gutiérrez, uno de los principales representantes de esta corriente teológica. La edición italiana fue presentada en una doble página de L’Osservatore Romano, con una reseña elogiosa.

Este hecho bastó para que no pocos informadores dijeran que la teología de la liberación, cuyas desviaciones habían sido denunciadas en dos Instrucciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1984 y 1986, quedaba ahora rehabilitada. Ni tan siquiera se recordaba que el propio cardenal Bergoglio había criticado en otros momentos “las infiltraciones ideológicas” en esta teología, aunque también reconocía el compromiso pastoral de gentes que se inspiraban en ella.

Pero las informaciones interesadas en recuperar la teología de la liberación aseguraban que la preocupación tan manifiesta del papa Francisco por los pobres, bien secundada por el prefecto Müller, cambiaba el panorama. Müller aparecía como el hombre apaciguador, capaz de tender puentes hacia los teólogos que durante la época de Juan Pablo II y Benedicto XVI se habían sentido marginados.

Pero el marchamo de prefecto aperturista le ha durado poco a Müller. La culpa es de un extenso y documentando artículo publicado en L’Osservatore Romano, en el que el prefecto explica por qué la Iglesia no puede admitir a la comunión a los divorciados vueltos a casar. Este es un tema estrella del programa que algunos sectores han diseñado para el cambio que esperan del papa Francisco. Unas acogedoras palabras del Papa en diálogo con los periodistas a la vuelta del viaje a Río, alimentaron las expectativas. El papa hablaba de “mirar el problema en la totalidad de la pastoral matrimonial” y de que “la Iglesia debe curar a los heridos con misericordia”,  pero la traducción mediática  fue que el cambio era inminente.

Por eso el artículo de Müller ha caído como un jarro de agua fría. Aferrados a la imagen del papa rompedor, la reacción de algunos ha sido contraponer al prefecto intransigente con el papa aperturista. En esta línea, El País, que en septiembre titulaba “La teología de la liberación respira”, pasa del elogio de Müller a la crítica severa: “El guardián de la fe enmienda al Papa por su guiño a los divorciados”. Las tesis del prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, de nuevo presentada como “el antiguo Santo Oficio”, se consideran “una desautorización en toda la regla de las palabras del Papa”. El prefecto “dispara con balas de plata” a la postura del papa, lo que “ilustra las trabas que hallará Bergoglio en su aperturismo”. Vamos, como si el artículo fuera una ocurrencia de Müller, de la que el papa se habría enterado desayunándose con L’Osservatore.

En menos de dos meses Müller ha pasado de progre a conservador, y de fiel colaborador del papa a poner palos en sus ruedas. Así de efímero es el favor mediático. Pero quizá lo que tiene plomo en las alas es ese síndrome de cambio que se ha apoderado de la información en torno al papa. Cada sucesor de Pedro tiene su estilo y sus prioridades de gobierno.  Pero no viene a reinventar la Iglesia para que caiga mejor al mundo del momento, sino a predicar el mismo Evangelio que ha servido a los hombres de todas las épocas.

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2 respuestas a Müller, de liberador a guardián de la fe

  1. ramon mendiburu belzunegui dijo:

    Me imagino que el documento de Müller llevará además la firma del Papa Francisco, o me equivoco ?

    • El sónar dijo:

      Solo lleva la firma de Müller, porque es un artículo en «L’Osservatore Romano», no un documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

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