La circuncisión y otras imposiciones a los niños

Circuncisión
La sensibilidad por los derechos humanos es hoy tan aguda y expansiva que cada día pueden surgir nuevas quejas ante supuestos atropellos. Ahora le ha tocado el turno a la circuncisión, una práctica milenaria que nunca había sido objetada desde el punto de vista ético. La polémica surgió cuando a fines del pasado junio un tribunal de Colonia condenó a un médico y a unos padres musulmanes por circuncidar a su hijo, lo que, según la sentencia, habría violado el derecho del niño a ser educado sin “violencia”. A su juicio, la ablación del prepucio por motivos religiosos equivaldría a lesiones causadas voluntariamente y por lo tanto sería perseguible penalmente.

El comité de ética alemán, órgano asesor del gobierno, llamado a pronunciarse sobre la cuestión, ha dado por buena la práctica “a condición de que los padres hayan sido informados, que ambos estén de acuerdo, que se aplique anestesia y que la circuncisión se haga por un especialista”.

Pero la sentencia ha dado alas a algún grupo que, sobre todo en Estados Unidos, milita activamente contra esta práctica, en la que detecta un sinfín de males físicos y psíquicos hasta ahora ignorados, que no deberían imponerse a un bebé. Por ejemplo, Robert Goldman, doctor en Psicología, que se ha molestado en crear el Circumcision Resource Center de Boston, enumera los supuestos efectos negativos de esta práctica. “Dolor y trauma extremos, cambios de conducta y neurológicos entre los niños, pérdida de una parte importante del cuerpo, reducción del placer sexual, posibles problemas psicológicos, probable ruptura del vínculo entre el niño y la madre, riesgo de complicaciones quirúrgicas y efectos aun no conocidos que no se estudian”. Y los judíos sin enterarse. Lo de la ruptura del vínculo entre madre e hijo resulta más difícil de creer si uno conoce las historias bíblicas de Jacob y su madre Rebeca, o de Juan el Bautista e Isabel.

A falta de estudiar los efectos no conocidos, que Goldman da por supuesto que son también nefastos, la realidad es que tanto la Organización Mundial de la Salud como ONUSIDA le atribuyen ciertos efectos positivos, por ejemplo, en la prevención del sida. También en su pronunciamiento más reciente, la Academia Americana de Pediatría dice: “Aunque los beneficios en materia de salud no son suficientemente grandes como para recomendar la circuncisión rutinaria a todos los varones recién nacidos, bastan para justificar el acceso a esta práctica para las familias que lo elijan y para garantizar que terceros [los seguros médicos] la sufraguen”. Estos beneficios sanitarios descalifican la equiparación que algunos hacen entre la circuncisión y la ablación femenina, que lejos de aportar ningún beneficio, solo puede ser causa de hemorragias, infecciones y pérdida de placer sexual.

Pero, a fin de cuentas, la cuestión no puede decidirse por el aspecto sanitario, que es marginal frente a la dimensión religiosa e identitaria de la circuncisión. Lo contrario sería –como decía en un comentario el médico Richard Guédon– “reducir el debate del burka a la relación entre beneficios y riesgos del sol sobre la piel: vitamina C de un lado, melanoma del otro”.

La circuncisión es un signo central en la religión y en la identidad judía, que va unido a la pertenencia a un pueblo. Y también forma parte de las tradiciones del mundo musulmán, aunque el Corán no diga nada al respecto. Así que esta práctica entra de lleno en el ámbito de la libertad religiosa y del derecho de los padres a transmitir sus creencias a sus hijos.

Imposiciones no religiosas

En la crianza de los hijos siempre se plantea qué hay que transmitir para proporcionarles una educación indispensable, y qué hay que dejar a su libertad actual y futura. Es preciso calibrar hasta qué punto hay que traspasarles un legado de ideas y costumbres, y cuándo un padre se proyecta indebidamente a través de la vida del hijo.

Pero los padres tienen que tomar necesariamente decisiones que afectarán a la vida de sus hijos pequeños, desde el nombre a la elección del colegio o al número de hermanos que tendrá. Lo llamativo es que el temor a imposiciones indebidas a los hijos se centre hoy solo en el aspecto religioso. Así, los mismos que siguen a rajatabla el calendario de vacunaciones o eligen un parvulario en inglés, se plantean si es mejor no bautizar a los hijos, “para que elijan cuando sean mayores”, En realidad, en estos casos lo que se elige es privar al niño de educación religiosa.

Incluso al margen de la religión, hoy día hay otras decisiones mucho más drásticas y con efectos de por vida, que algunos adultos imponen a los niños y que nuestra sociedad está aceptando tranquilamente. Basta pensar en esos hijos nacidos de una mujer sola por procreación asistida, a los que se impone nacer huérfanos de padre y a los que la ley no permite saber nada de su padre genético. O a los nacidos de un vientre de alquiler, separados nada más nacer de su madre biológica, O los criados por parejas del mismo sexo, que deciden privar al niño de la experiencia de una madre o un padre. Son niños mutilados de su ascendencia genética, algo que ya está dando lugar a búsquedas intensas de los que sufren esto como una privación intolerable.

Pensemos también en esos niños deportistas de élite, sometidos a entrenamientos draconianos, para mayor gloria de la patria y orgullo de sus padres, aunque para muchos suponga una infancia robada.

Si la sociedad desprotege a los niños frente a estas imposiciones, el asunto de la circuncisión no debería preocupar.

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5 respuestas a La circuncisión y otras imposiciones a los niños

  1. ElGen dijo:

    Saludos. Particularmente considero que la circuncisión no debe ser realizada en recién nacidos o niños muy pequeños, sino en adolescentes o adultos con capacidad de entender lo que sucede, sus beneficios y desventajas, y de tomar la decisión sobre su cuerpo, ya que existen tratamientos para los problemas que pudiesen encontrarse sin llegar a la cirugía, hay quienes la recomiendan por higiene, en estos días leí que decían que si es por higiene entonces se le deberían sacar los dientes para prevenir que restos d comida queden entre ellos, o si es por prevenir cáncer o enfermedades futuras, entonces debe extraérsele los pulmones o estómago para prevenir estos tipos de cáncer.. El prepucio tiene miles de terminaciones nerviosas que se eliminan al realizarla, y está allí por algo, todo tiene su función, entre otros, de proteger el glande, ya que sin él el roce con la ropa interior incomoda. Además de tomar en cuenta que es el cuerpo del niño y es quien más adelante debería tomar la decisión, no debería ser decisión de nadie más, evitándole así incomodidades futuras, posiblemente hasta psicológicas, ya que el hecho de que le hagan sentirse diferente sin posibilidad de revertir dicho método quirúrgico, el cual no tuvo oportunidad de opinar y mucho menos decidir. Y hablo en mi nombre personalmente, y en el de miles que sufren psicológicamente y emocionalmente por esta situación.

  2. Ma. Elena Melgarejo dijo:

    Es muy conveniente echar por tierra opiniones gratuitas y prejuicios. Servirse de algo que debemos defender, como son los derechos humanos legítimos, intentando castigar injustamente a quienes hacen uso de uno de ellos: libertad religiosa, por ejemplo, con razones sin fundamento en el derecho, es un atentado contra el mismo derecho, la justicia e incluso el sentido común. Si la legislación alemana admite que unos padres musulmanes que han circuncidado a su hijo, conforme a sus creencias y costumbres, parece que hace un lado un derecho primordial e inviolable.

  3. Ma. Elena Melgarejo dijo:

    Respecto a la circuncisión, dice muy bien El Sonar, hay prácticas variadísimas y en boga que realmente lesionan y pueden ser graves taras para los niños, como los nacidos en vientres de alquiler, entregados a ‘padres’ del mismo sexo, etc., cuya identidad genética se les oculta por ley. O el entrenamiento de niños y niñas a los que se aparta de sus padres desde su infancia, con disciplinas tremendas, por el honor a la patria. Acabamos de ver en las olimpiadas a chiquillas que, para triunfar han pagado un altísimo precio psíquico y afectivo, aunque dicho precio parece irrelevante para los regímenes totalitarios. Respecto al tema que nos ocupa, preocupa absurdamente a algunos, pues la medicina cuenta con cirujanos expertos y con anestesia que impide el sufrimiento del pequeño que sea sometido a la circuncisión.

  4. ramon mendiburu belzunegui dijo:

    Perdona Ignacio. La circuncisión ya la defienden judíos y musulmanes. No hace falta que el sónar salga en su defensa. Creo que tenemos asuntos mucho más importantes que abordar. Hoy no te puedo felicitar. De verdad que lo siento, pues de argumentos y dialéctica vas más que sobrado !

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