La censura gay no es mejor que cualquier otra

El asunto del matrimonio gay parecía de entrada un debate en el que se discutía la idea del matrimonio. Pero cada vez está más claro que está en juego también la libertad de expresión. Varios episodios de estas semanas confirman la intolerancia frente a actitudes que se apartan de las ideas de los nuevos “bien pensantes”.

El pasado julio fue motivo de controversia nacional en EE.UU. las declaraciones de
Dan Cathy, CEO de la cadena de restaurantes Chick-fil-A, a una revista baptista. En
la entrevista, Cathy reconoce que la empresa apoya la familia tradicional, algo que se
le había reprochado en ocasiones. “Admito los cargos”, dijo Dan Cathy. “Apoyamos
fuertemente la familia, la definición bíblica de familia”.

Era una toma de postura muy personal, que no se dirigía contra nadie. Pero la reacción fue como si hubiera dicho que jamás dejaría entrar en sus restaurantes a una pareja homosexual. Los alcaldes de Chicago, Boston y San Francisco se apresuraron a decir que Chick-fil-A no sería bien recibida en sus comunidades. Grupos varios de activistas gays propusieron un boicot de los 1.600 restaurantes de la cadena. La speaker del consejo municipal de Nueva York, Christine Quinn, lesbiana, pidió que se clausurara el restaurante de la cadena que opera en Manhattan, si bien el alcalde Michael Bloomberg –aunque partidario de los derechos de los homosexuales– rechazó tal boicot.

Al hilo de las informaciones, se reveló que la familia de Dan Cathy había dado apoyo
financiero a organizaciones que promovían iniciativas populares para derrotar el
matrimonio gay. Lo cual escandalizó a gentes que en esos mismos días aplaudían que
el fundador de Amazon, Jeff Bezos, anunciara su decisión de donar 2,5 millones de
dólares para apoyar la causa del matrimonio gay en un próximo referéndum en el estado de Washington.

Este intento de amedrentar a una persona que se había limitado a expresar su opinión,
en un país tan celoso de la Primera Enmienda, ha provocado esta vez una reacción tanto popular como por parte de articulistas. El exgobernador de Arkansas, Mike Huckabee, salió en defensa de Dan Cathy e invitó a los americanos a ir a comer a los restaurantes de la cadena en una “jornada de gratitud a Chick-fil-A”. Y las fotos muestran que el día elegido hubo colas para entrar en los restaurantes de la cadena. Por su parte, la compañía ha querido subrayar que, aunque sea ideológicamente contraria al matrimonio gay, jamás ha hecho ninguna discriminación por este motivo ni entre sus empleados ni entre sus clientes.

Libertades en riesgo
Pero los promotores del matrimonio gay no se conforman ya con menos que la
adhesión, y hoy están más ocupados en silenciar a sus críticos que en debatir. Cuando
empezó a discutirse la cuestión, los partidarios del matrimonio gay aducían que el
cambio no afectaría para nada al matrimonio ni a las libertades de los demás; era solo
una cuestión de igualdad. Pero ahora está claro que no se reconoce la misma libertad de expresión para defender una postura u otra, ni se admite la libertad para donar el propio dinero a la causa que uno prefiere.

Esto empieza a preocupar a los críticos. Como escribe Collen Carroll Campbell en el St. Louis Post-Dispatch, “en unos pocos años, un movimiento antes conocido por enarbolar la bandera de la tolerancia se ha trasformado en el arquetipo de la intolerancia. Usando como cobertura su estatus cultural de víctima, los líderes de los derechos de los gays se han convertido en el puño de hierro para hacer respetar un estricto código de nuevo lenguaje, en el que cualquiera que cuestiona el matrimonio entre personas del mismo sexo es denunciado como un odioso fanático homófobo. Las anteriores llamadas al ‘diálogo’ sobre el mejor modo de proteger tanto la institución del matrimonio como los intereses de gays y lesbianas han sido reemplazadas por un descarado acoso y feroces ataques personales”.

Nuevo lenguaje
La acuñación de un “nuevo lenguaje” es el signo inequívoco del intento de imponer
una policía del pensamiento políticamente correcto. Los mismos que descalifican
como “lenguaje del odio” cualquier crítica a su postura utilizan sin reparo ataques
virulentos contra el adversario. Se irritan hasta el extremo si alguien pone en duda
la normalidad de la conducta homosexual o del matrimonio gay, pero descalifican
como “homofobia” las opiniones de los discrepantes, para dejar claro que no tienen
más explicación ni merecen más respeto que otras fobias patológicas. Dicen defender
la causa de la diversidad, pero cuando topan con una visión diversa de la suya su arco
iris se hace monocolor. Están en contra de cualquier discriminación por la orientación
sexual, pero no dudan en pedir que se excluya de la comunidad académica a un
investigador universitario como Mark Regnerus, por publicar un estudio que pone en
duda que los niños criados por parejas homosexuales estén tan bien como los criados
por padre y madre.

En fin, no ganamos nada si para que unos salgan del armario hay que meter allí a
los que no piensan como ellos. La censura gay no es mejor que cualquier otra. En
su empeño por convertir su postura en una nueva ortodoxia social, los activistas del
matrimonio gay no deberían olvidar la advertencia de George Orwell: “Si la libertad
significa algo, significa el derecho a decir a la gente lo que no quiere oír”.

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9 respuestas a La censura gay no es mejor que cualquier otra

  1. Ma. Elena Melgarejo dijo:

    La libertad de expresión está en riesgo cuando hiere susceptibilidades de grupos que si se consideran intocables, al menos en eso, están en un error. Tal es el caso del gremio gay. Si tuvieran la certeza absoluta de transitar por el camino de la razón, de la verdad e incluso de la ciencia, no reclamarían medidas drásticas como el boicot de una cadena, cuyo CEO expresó su opinión con tanta prudencia como claridad y sin señalar a nadie.

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  3. Nacho dijo:

    Muy interesante la opinión del blog

  4. Ene Roa dijo:

    Pero, ¿qué puede añadirse ante tantas verdades como en este artículo aparecen? Sólo resta decir: ¡Felicitaciones, Ignacio!

  5. María Isabel Ormeño Escobar dijo:

    He seguido con mucho interés lo que se ha dado en llamar «la controversia Chick fil A». Y me ha hecho pensar que en un país como Estados Unidos tan ejemplar en las libertades individuales, la libertad de opinión está extrañamente en una especie de «corral». Dan Cathy, sólo opinó y dijo lo que pensaba, sin atacar a nadie. Algo muy propio del hombre es que podamos conversar y comentar lo que pensamos sin que por eso haya que establecer sólo UNA POSTURA Y UN ARGUMENTO. Ojalá podamos oírnos y respetarnos teniendo pensamientos y opiniones diferentes.

  6. Alfons Solans dijo:

    No es momento de andarse con eufemismos. Es evidente la intención de acallar, amedrentándolas, a todas aquellas personas que discrepamos sobre que el matrimonio gay tenga que ser un derecho reconocido. El comportamiento gay constituye un grave error por lo que respecta a la naturaleza del ser humano, y hay que decirlo sin tapujos. Otra cosa bien distinta es el respeto que merece toda persona, sea cual sea su forma de actuar.

  7. Gian Pierre Michael Velasco Reto dijo:

    Muy buen artículo, ojala las personas gay lo puedan reflexionar, y se den cuenta del camino equivocado que han tomado, pues considero que se van contra la naturaleza humana, hombre y mujer, y es una pena que ese pensamiento de no aceptarse en su sexo se sustente como si fuera algo que no merece cuestionamiento, cuando ni siquiera los animales tienen esa tendencia de no aceptarse tal y como la naturaleza los mando, bueno es mi opinion, espero no ser discriminado por ello. Al decir lo que pienso, no estoy discriminando, simplemente hado uso de mi libertad de expresion, porque discriminar signficaria generar diferencias de trato no razonables para personas gay, lo cual nunca he hecho pues siempre se les trata como personas humanas, espero lo sepan entender.

  8. Beatriz Podestá Llosa dijo:

    Si han conseguido convertirse en un grupo de presión y no nos defendemos con armas limpias pero igualmente fuertes, quienes pensamos distinto, podemos llegar a ser silenciados y descalificados con formas todavía más intolerantes.

Los comentarios están cerrados.