El aborto, en la ley y en las encuestas

Las encuestas de opinión tienen sus limitaciones a la hora de guiar la legislación. Pero sirven para confirmar o desmentir lo que los legisladores y los activistas suelen presentar como demandas sociales y el sentir mayoritario de la población. A veces la brecha entre lo que opina la gente y lo que se le atribuye es bastante notable. Así me lo parece, por ejemplo, al leer la reciente Encuesta de Valores de la Fundación BBVA, cuando se pregunta sobre algunas cuestiones éticas controvertidas, en concreto sobre el aborto.

Hoy día, cualquier intento de cuestionar la ley de plazos de 2010, que consagra el aborto a petición, es presentada como una idea extremista, atentatoria contra los derechos reproductivos de la mujer y ajena al sentir de la opinión pública. Tras el fracaso de la reforma Gallardón, torpedeada por su propio partido, pocos políticos están dispuestos a estrellarse por este tema. Es más, apoyar el aborto libre o, mejor, dar por sentado que es una cuestión zanjada, se ha convertido en un signo de buena educación política.

Y, sin embargo, a juzgar por esta encuesta, la opinión de la gente es mucho más matizada de lo que sugiere la unanimidad del establishment político-mediático. Para empezar, a la pregunta de si es o no aceptable el aborto –en una escala de 0 a 10, siendo 10 el máximo de aceptación– la media en España se sitúa en 5,6. Es decir, a pesar de que la ley lo considere como derecho y en medio del habitual respaldo mediático, la aceptación del aborto solo encuentra una ligera mayoría.

Pero no es solo eso. La encuesta indica que hay un amplio respaldo a la interrupción del embarazo en determinados supuestos extremos, pero no al aborto a petición. Hay una amplísima aceptación del aborto en los tres primeros meses de embarazo cuando la salud de la madre está gravemente amenazada (90%), en caso de violación (82%) o cuando existen indicios de malformaciones en el feto (81%).  Pero, según los datos oficiales de 2017, estos supuestos solo se corresponden con el 10% de los abortos realizados.

En cambio, a la pregunta de si el aborto “debe ser admisible siempre que la mujer lo desee” la aceptación baja al 50%. Sin embargo, el 90% de los abortos realizados en España corresponden a esta categoría. Es decir, la inmensa mayoría de los abortos y lo que justifica una ley de plazos, se enmarca en una conducta que es rechazada por la mitad de la ciudadanía.

Cuando se mide la aceptación del aborto según segmentos de población, resulta, de acuerdo con el análisis de la encuesta, que “el aborto no supera el umbral de aceptación entre los adultos de 65 y más años, la población con menor nivel de estudios, quienes se declaran de derechas y de centro, y entre quienes expresan un nivel medio y, especialmente, alto de religiosidad”. En todos esos casos, la aceptación queda por debajo de la media de 5 (entre 0 y 10). Y no parece que esos segmentos de población sean sectores marginales. Tampoco es significativo que el aborto encuentre más rechazo entre quienes tienen menos estudios, pues para comprender lo que es un aborto tanto vale haber hecho la escolaridad obligatoria como el doctorado.

Cabría esperar que, al menos, la defensa del aborto obtuviera una mayoría abrumadora entre las mujeres. “Nosotras parimos, nosotros decidimos”. Pero también resulta que no pocas mujeres deciden no estar a favor del aborto. La aceptación entre las mujeres es de 5,4, dos décimas por debajo de la media del conjunto de la población. Son más los hombres (5,8) que las mujeres los que apoyan el aborto, quizá porque facilita que puedan decir a su compañera: “¿Y tú qué piensas hacer?”. Tal vez habría que ver aquí un resto de la mentalidad patriarcal, que permite al hombre lavarse las manos y secárselas con la toalla del respeto a la libertad de la mujer.

Esta moderada aceptación del aborto entre las españolas pone en tela de juicio la representatividad de los grupos feministas que propugnan el aborto a petición como un “derecho de la mujer”, como si hablaran en nombre de todas. De este modo se camufla la controversia ética que suscita el aborto tanto entre hombres como entre mujeres, presentándolo como una cuestión de género, en la que cualquier oposición sería un atentado contra la mujer en abstracto.

En todo caso, la encuesta pone de manifiesto que el aborto no es una cuestión zanjada en la conciencia de gran parte de la población, por mucho que así se intente presentarla para eludir el debate.

 

 

 

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1 respuesta a El aborto, en la ley y en las encuestas

  1. Diana B dijo:

    Excelente visión y reflexión sobre el informe. Enhorabuena.

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